Cautela..
Mis manos
están llenas de lluvia, recuerdos
que
tiento a ciegas.
Rozo
cada pared, cada pintura
que cae por gravedad en escarchas;
cada
mueble amansado en polvo
en
mi dudar.
La
casa vacía, madre,
sola,
perdida, dibujada
vive
en la memoria como alondra lejana.
Olor
a limones
trepa
por la cocina
donde la humedad
gana
en su batalla contra el tiempo.
La
casa tiende a caerse, madre,
la
casa donde tú te sostienes.
Cadenas
hay en tu cuerpo,
candados
tiene tu alma
y
la congoja que da la edad, madre,
la
congoja...
La
casa vacía
y
no te encuentro.., ni un retrato.
Sólo
recuerdos
de
columpios elevándome
al
azul del cielo.
Estremece
el silencio ascendente
que
impregna el terrible vacío.
Debería
sesgar con la hoz
las
flores muertas del pasado
para
crear el futuro sin ti.
La
casa vacía, madre,
y
no hay luz del sol que entre
para
que caliente tus ateridos huesos.
Sobrada
estás de soledad,
vacía
de hijos y nietos.
Guillem
de Senent. 02/09/2012. Todos los derechos reservados
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