A
tus ojos no me atrevo a mirar
a
pesar de lo mucho que aciertan,
pero
ellos, con conato, siguen abiertos
y
siento que te fallo.
Pero,
mujer,
aquello
que ves de mí
no
es lo que crees que es,
que
no soy estrella
que
adorna tu noche de lágrimas
pendidas
en el silencio de la noche.
Y
si te soy triste
no
debes mirarme el rostro
porque
tus labios no saben mullarse a los míos,
ni
interpreto tus murmullos.
Y
te soy tímido,
y
no sé cómo excusarme,
por
mis continuas ausencias,
siempre
pierdo el equipaje
en
el viaje de la vida.
Pero
a tus deseos querría amoldarme
y
dejar que tu aliento entre por mi ventana,
hacer
que los oscuros rincones de mi casa
se
adornen siempre de tu presencia.
Y
tu cuerpo en desnudo
quiero
atreverme a mirar,
perder
con él la noción del tiempo
fundiéndonos
en una sola partícula.
Y
te soy cobarde,
y
no sé complacer tus exigencias,
ni
sé por qué te intereso tanto;
no
lo entendería si lo explicaras.
Pero
heno fresco fresco en tu vida
querría
ser, dejando que pazcas en él,
haciendo
de cada minuto
la
eternidad,
y
llorar juntos la perfídia de las horas.
Y
te soy lejano,
y
sabes que ando buscando
una
villa marinera,
para
dejar de simiente en la tierra
el
sudor de mis manos,
mi
azada, mi arado..
©GuillemSenent¨.
15/01/1987 Calp,
Alicante
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