no
esperes a más,
sé
que hoy tu guadaña
hará
rodar los corazones,
que
el llanto de la sangre apagará
la
sed de la tierra.
Vamos,
déjalo,
que
hoy no habrá unción
entre
tu cuerpo y el mío,
mi
tan siquiera ritos,
tan
sólo algún conjuro.
Vamos,
mujer,
dame
paz, da la paz,
a
todo aquello que respira
bajo
las estrellas y sobre la tierra.
Vete
en paz, no te mortifiques,
surca
las estrellas
al
son de cada remo..
©GuillemSenent
15/11/1988
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