Culmina
Febrero,
y
sus lluvias sin pausa.
Abrazado
al calor del fuego,
siento
el crepitar de la leña.
Mis
sombras son mis sábanas,
mis
sábanas son mis sombras.
Alargada
y salina es la herida,
la
del cielo, la del cuerpo y la del alma.
Me
siento cansado, casi cruzando
el
incierto otro lado
de
este mundo de sombras.
Mis
sombras son mis sábanas,
mis
sábanas son mis sombras.
El
tiempo, moribundo, pasa despacio,
cada
paso, cada sonido,
estremecen
mis cimientos mentales,
llevándome
al abismo de la caída
se
oye rasgar el aire
al
filo de una catana.
Mis
sombras son mis sábanas,
mis
sábanas son mis sombras.
Pasa
el barquero hacia Oriente,
sentado en
la ribera espero.
No
me es ajeno
este
páramo de tinieblas
donde
cuelgan de una alambrada
las
almas ausentes, lloradas, perdidas..
Mis
sombras son mis sábanas,
mis
sábanas son mis sombras.
La
herida..
La
primera y la última.
La
de la vida y la de la muerte.
Pasa
con su guadaña, compañera,
porque
mientras tú respiras, yo
duermo
en el otro lado de la vida.
Mis
sombras son mis sábanas,
mis
sábanas son mis sombras.
©GuillemSenent.
Todos los derechos reservados. 01/03/2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario