Querido
amor:
He
esperado tanto tiempo escribirte lo que siento que las palabras por
sí solas salen sin orden ni soltura.
Ya nació el alba y los alambres de espinas estallaron con los primeros rayos del sol.
Las montañas giran en sus nevadas cúspides. El rocío de la mañana hace acto de presencia y caigo en la tentación de la mullida hierba. La brisa pasea en la hamaca y las hojas del sauce suspiran entre ellas, tallo a tallo.
Se
estremece el árbol y se extienden las raíces hasta atravesar las
rocas desafiando a la Naturaleza.
El
mundo me mira y yo le miro. Sabe que tu presencia, tarde o temprano,
es cercana, Que romperás las cadenas y caerás a mí, a mi presente
para vivir un futuro en común. Que allá donde andes manará agua
para beber y crecerán las frutas para comer. Que tu mirada
desplazará a la luna y que tu presencia será un continuo amanecer.
Y si llegas y no estoy, espérame al alba porque tal vez esté refugiado por el frío en alguna gruta, o caminando para encontrarte en el sendero correcto.
Si
llegas y no estoy, espérame porque yo a ti te esperaba ya desde el
principio, desde niño, que quizás aún no haya visto la luz de la
vida..
©GuillemSenent.
Todos los derechos reservados. 08/11/2011
Un poema precioso guillem. Saludos
ResponderEliminarGracias, Aida. Buenas noches.
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