Cuando me ausente
habréis de
acordaros
de lo mucho que os amé,
que no hubo jamás
pena
sin alivio,
que aunque dejé pasar varios trenes
pude coger
el último.
Cuando me ausente
estallaré en
llamaradas
rojas y azules,
serán cenizas
lo que ayer
fue
un cuerpo frío.
Me llevo conmigo
vuestros
sufrimientos,
desde las nubes cambiarlos quiero
por
alegría,
por la luz y el amor.
Cuando me ausente
mi
voz quedará
unida al viento
que no mis palabras
escritas
que reposan en blancas páginas
como variopintas
mariposas.
Me llevo vuestras lágrimas
y os la cambio
por cariño,
mi paraíso
por vuestro valle de
dudas,
vuestro dolor
por nelumbos en vuestro río de la
vida,
vuestra extraña inquietud
por ilusión para
vivir.
Aunque me vaya
la puerta seguirá abierta
para
daros guarida
cuando haga frío,
sonido de agua
limpia
cuando tengáis sed,
y luz de mi alma
cuando se
apague vuestro candil.
Vuestro amanecer seré
después
de una noche de truenos
©guillemsenent
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